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Coram Deo.



Hace poco uno de los pastores mi iglesia local habló de la necesidad que tenemos como hijos de Dios de volver a los fundamentos básicos de nuestra fe cristiana.


Debemos dar prioridad en nuestras vidas el volver nuestros corazones a Dios, ya que a nuestro alrededor cada vez vemos más divorcios, suicidios, depresión, ansiedad, desórdenes alimenticios etc. La gente abandona la fe o escoge una vida más cómoda y sin restricciones; para pecar sin que nadie los moleste, sacan a Dios de sus vidas, acallando sus conciencias, y así, nadie les estorba.


Jesús nos dejó en su Palabra muy claro, lo que Dios espera de nosotros.


Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en la ley? Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente.  Este es el primero y grande mandamiento. Mateo 22:36-38


En esa hermosa y edificante predicación el Pastor nos habló del concepto Coram Deo. Coram deriva del latín cora («pupila del ojo») y significa «en persona», «cara a cara», «en presencia de uno», «ante los propios ojos», «en presencia de», «delante de». Deo, en latín, es Dios. Coram Deo literalmente se refiere a algo que se lleva en la presencia de, o ante la presencia de Dios; es estar de cara o ante la faz de Dios.


Coram Deo es cuando nuestro ser tripartito (alma, espíritu y cuerpo) está consciente de la existencia y presencia de Dios en donde quiera que estemos y en lo que sea que hagamos. Coram Deo es una breve definición de lo que debería ser nuestra vida cristiana. Es un concepto amplio y hermosísimo que nos da al menos tres principios de vida:

 

Ante Su presencia:

 

Todo el tiempo estamos delante de su rostro. Lo que hacemos, pensamos o decimos, permanece bajo la mirada de Dios. Él está en todo lugar al mismo tiempo, y siendo omnipotente, no hay sitio en la tierra, en el mar o en espacio sideral que busquemos para “escondernos” y “poder escapar” de Él. Sus ojos observan todo, incluso las intenciones de nuestro corazón.

 

Bajo Su autoridad:

 

Debemos ser muy conscientes de Su soberanía. Si Dios es Dios, Él es realmente el único soberano. Y como tal, debemos aceptar las pruebas y dificultades que atravesamos, con la paz y confianza de que Él sustenta nuestras vidas y está en control de cada situación que nos acontece. Asimismo, debemos obedecerle en todo, como nuestro Rey y Señor.


Para Su gloria:


No hay una meta más alta que dar honor a Dios. Nuestras vidas deben ser sacrificios vivos. Todos los días, 24/7 consagrémonos a Él con un espíritu de adoración y gratitud y sea todo nuestro obrar y vivir pensando en agradar solo a Dios.

Vivir toda la vida Coram Deo es vivir una vida de integridad. Es una vida de plenitud que encuentra su razón de existir en la majestad de Dios.

 

Hechos 17:28a

Porque en Él vivimos, y nos movemos, y somos…

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