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Oración de un anciano.

Oh Dios, me enseñaste desde mi juventud, y hasta ahora he manifestado tus maravillas.

 Aun en la vejez y las canas, oh Dios, no me desampares,Hasta que anuncie tu poder a la posteridad,Y tu potencia a todos los que han de venir,

Y tu justicia, oh Dios, hasta lo excelso.Tú has hecho grandes cosas;Oh Dios, ¿quién como

Salmo 71.17-19


Este salmo es llamado “Oración de un anciano”. El salmista hace un recuento desde su tierna infancia hasta su presente, ya que ha contemplado las maravillas de Dios.


Confiando en esa misericordia pasada, ruega al Padre que no lo desampare en la vejez y hace una declaración maravillosa: “Hasta que anuncie tu poder a esta generación y tu potencia a los que han de venir.” Desea proclamar su justicia que llega hasta las alturas y las grandes cosas que ha hecho Dios reconociéndole como Dios “¿Quién como Tú?” Pregunta el salmista.


Esta porción de la Escritura contiene una verdad a veces ignorada por nuestros ancianos: uno de los propósitos por los que están entre nosotros, pese a sus múltiples pruebas y vicisitudes, es para proclamar los poderosos hechos de Dios, declarando los eventos que ya han sucedido, y como Dios los ha sostenido y bendecido desde su juventud, sin faltar un solo día a sus promesas.


La persona entrada en años y con canas debe anunciar a la siguiente generación que hay un Dios que es Roca de refugio, Fortaleza, Esperanza, Seguridad, Refugio fuerte, Consuelo, Justicia y Salvación.


Si eres una persona mayor, proclama a todo pulmón cada día las maravillas y portentos que Dios ha hecho a tu favor. Esta generación necesita escuchar de un Dios que salva y es refugio y fortaleza. ¿Estás dispuesto?



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